La base de la felicidad consiste en sentir esta experiencia de vida desde la contemplación. Vivir desde una experiencia sentida como una Vida contemplativa.

Cuando se te olvida que eres el observador, ves las polaridades de la condición humana, que están ahí, si o si, porque estás en una condición humana, pero puedes vivirlas con mucha mas ligereza sabiendo que eres el observador, no eres el hacedor. Para ello tienes que desarrollar la capacidad de “Contemplar”

La experiencia está teniendo lugar, y en cualquier momento siento cualquier emoción, siento cualquier sensación, percibo con los ojos, esa es la experiencia, el problema es cuando esa experiencia me lleva a identificarme con un yo y hace algo especial de esa experiencia, al estar diciendo yo estoy viendo o sintiendo esto, ya está surgiendo una identificación con un yo que creo que esta teniendo la experiencia, y entonces empiezo a hacer especial lo que surge, sobre todo cuando lo que surge me lleva a sentir emociones bonitas o emociones dolorosas (ambas polaridades).

La vida contemplativa

Cuando el observador que es impersonal se identifica con algo personal, deja de estar en la realidad de observar, y pasa a convertirse en la identificación con un personaje y sus emociones, sensaciones, historias…

En realidad estamos todo el día dando sentido a mi historia personal porque cuando tenemos un problema, decimos que es “mi problema” mi experiencia”,  no estamos viéndolo como algo impersonal.

Entonces podemos darnos cuenta cómo surge instantáneamente el miedo, la inseguridad, empezamos a generar interpretaciones, porque creemos que a este personaje se le puede hacer daño, se puede enfermar, le pueden abandonar, rechazar, le pueden pasar cosas….

  • En realidad el sufrimiento surge cuando olvido que soy el observador y empiezo a identificarme con este yo. 
  • El sufrimiento surge cuando perdemos el sentido de la contemplación.
  • Al creerme un individuo separado, empiezo a sentir todas las condiciones humanas dándole un significado personal a cada experiencia en función a quien yo creo ser.

Sin embargo, cuando no me identifico, observo la experiencia ocurriendo y no puede hacerme daño,  “tristeza ocurre”,  “rabia ocurre” ocurren sensaciones, pero la diferencia es que ya no me identifico, no me identifico con “él yo” y es una experiencia como cualquier otra y ya no puede perturbar mi paz.

Desde esta perspectiva nos damos cuenta de que lo que hace que las cosas se compliquen es cuando hay identificación con “el yo” con ese sistema de creencias que cree que sabe lo que es mejor, elabora juicios y se deja llevar por los condicionamientos.

El observador no analiza, no juzga, solo es como la pantalla de un cine, neutro, la película se proyecta a través de ella. A esto se le llama la vida contemplativa, y no hay nada en el mundo que genere mas paz.

¿Y porque no vivimos de esta manera si es lo que más felicidad nos aporta?  Porque  hay un miedo profundo a perder la identidad, porque entonces creo que estoy perdiendo algo.

Imagina que, toda la vida estamos creando un yo, con todo lo que he conseguido, con lo que yo quiero y todo eso sostiene una creencia falsa, con lo que creo que estoy sosteniendo y dando realidad a lo que creo que soy cuando en realidad no soy eso.

Y tengo miedo de soltarlo, he trabajado mucho para crear este personaje, esta propia identidad, con mis virtudes y mis defectos, y sin embargo el sufrimiento viene por el deseo de sostener esto, esta idea de un yo.

Pero cuando nos damos cuenta, entonces empezamos a sentir mayor deseo por la verdad que por sostener el personaje, el ego, porque nos damos cuenta de la importancia de sentirse libre, no un personaje libre, sino me refiero a una libertad que no viene de lo que haga o deje de hacer el personaje, sino libre porque dejo de identificarme con el personaje, y empiezo a sentir la verdad de lo que Soy.

Una práctica que puedes hacer para experimentar la contemplación en tu día a día es:

  • Yo no respiro, la respiración surge a través de mi.
  • Yo no siento esta emoción, esta emoción se siente a través de mi,
  • Yo no veo con los ojos del cuerpo, percepciones ocurren a través de los ojos,
  • Yo no escucho nada, escuchar ocurre a través de mi,
  • Yo no expreso nada, palabras surgen a través de mi
  • Yo no hago esta tarea, la tarea se realiza a través de mi.

En el día a día surgen muchas experiencias, pero las cosas que ocurran, si las vivimos desde este sentir de contemplación, empezamos a experimentar una paz que cada vez se va asentando mas y mas, y entonces me hago consciente de como empiezo a desarrollar la historia mental, cuando surge una emoción, y me empiezo a enredar haciéndola especial, cuando me doy cuenta de ello, puedo elegir, desde donde quiero vivir esta experiencia, desde la identificación con el personaje, o desde la contemplación. Siempre puedo elegir desde donde quiero vivir la experiencia.

Todas las experiencias son bienvenidas, porque unas nos mantendrán distraídas mas que otras, y aplicando esta visión llegará un momento que se va soltando la identificación y cada vez mas empiezo a vivir en la contemplación.

Vivir en la contemplación significa aceptación total de cualquiera que sea la experiencia. Para ello tenemos que llevar una vida sentida, con nuestra atención principalmente a sentir la energía, y aplicar esta desidentificación, esto nos lleva a salir de la mente.

Y llega un momento que descansas en la profunda paz cuando sabes que ya no hay nada que sostener porque estás en contemplación, porque estás viviendo la mayor parte del tiempo ahí en la contemplación sabiendo que no eres en hacedor.

Esto en realidad es lo que se habla de la experiencia presente, solo que el sistema de pensamiento del ego coge esta idea y le pone su propio significado de lo que es estar viviendo el momento presente y lo interpreta diciendo:

“ tengo que vivir en el ahora, yo estoy presente, yo soy una persona que vive el  presente, estoy con todos los sentidos en este momento” 

Y vive creyéndose un personaje muy presente.

Sigue siendo una identificación con un yo que debe de estar presente.

La diferencia es que yo no tengo que hacer nada, el yo es el que se tiene que deshacer, yo no tengo que vivir en el ahora, ni tengo que tratar de estar presente, sino que al dejar caer el yo, y observar la experiencia sabiendo que soy el observador, observo la presencia ocurriendo a través de mí, porque en realidad, no puede haber otro momento que este momento presente, solo que la experiencia del ego está teñida por una creencia de un yo, que cree que es el que está escuchando, cree que es el que está sintiendo, cree que está experimentando, cree que cosas le suceden a él y los deseos le surgen, y tiene un montón de cosas que hacer en el mundo. 

Además desde el sistema de pensamiento del ego, creo que tengo que hacer cosas para sostener a este yo, y en realidad no es así, yo no tengo que hacer nada se sostiene por sí mismo, la vida lo sostiene.

La vida contemplativa
La vida contemplativa

Si pero tú haces cursos, tu trabajas, te alimentas… si pero si aplicamos esta vida contemplativa, me doy cuenta y lo vivo como que yo no hago nada, sino que ahora la experiencia es observada, se observa lo que la vida hace a través de este personaje.

Cuando vives de esta manera, sabiendo que no eres el hacedor, puedes observarlo todo, sabiendo que la vida sucede y tu solo contemplas, imagínate que estás emitiendo un juicio, pero desde la contemplación, solo observas que un juicio se está dando a través de tí, porque eso es lo que tocaba en este momento, igual que a través de ti, se está expresando algo cariñoso, pues esto es lo que está sucediendo a través de tí, porque es lo que tocaba en ese momento, pero ya no hay un:

  • yo soy cariñoso
  • yo hago juicios sino que suceden a través de mí, Amabilidad es lo que está ocurriendo a través de mí, 
  • Yo no soy empático, empatía ocurre a través de mi 

Y así en esta escucha interior, con la desidentificación, es como el personaje se transforma, y retorna a su verdadera eternidad, y va integrando la vida contemplativa.

Laura Cárcel